Los japoneses no dejan de sorprendernos día tras día. El mismo tío que es capaz de programar el microchip más pequeño del mundo, es capaz de salir de su puesto de trabajo y ponerse a follar con su novia en el autobús de vuelta a casa. Pero no os confundáis, lo que me sorprende de la situación no es que se la folle allí mismo, sino que el resto de gente lo vea como algo normal y habitual…