La mejor follada que le han metido por casualidad en su vida
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Las cámaras de seguridad a veces funcionan como si en realidad fueran cámaras espías, aunque su capacidad para descubrir infidelidades no tiene precio. Aquí vemos a un hombre y a una mujer en el gimnasio, cada uno haciendo sus ejercicios, cuando en un momento dado, cuando creen que están solos en la sala, se lían a follar como desesperados. Y es que no eran tan extraños como parecían, en realidad son amantes, que usan el gimnasio como sitio de encuentro y como picadero. Así, sus infidelidades pasan desapercibidas para todos, excepto por supuesto para esta cámara que ha grabado su sesión de sexo al completo.