Vaya con la jovencita con lo tímida que parecía. Todo iba con normalidad en esta despedida hasta que el stripper se acercó a esta joven viciosa. Hasta ese momento todas las allí presentes habían tenido su ración de chupadita habitual en este tipo de eventos pero fue llegar a ella y monopolizó de tal manera el rabo del chaval que ninguna volvió a saber de él. Las amigas todavía no saben si fue porque el tío vio que era la que mejor se la mamaba o simplemente porque ella era la más necesitada y no le dejaba moverse del sitio. El caso es que no les quedó más remedio que quedarse mirando y aplaudiendo sus movimientos de cuello.