Mira tu por donde que lo primero que le advierte el señor y dueño de la casa a esta jovencita recién empleada y en el primer día de trabajo, para que se ocupe de las tareas domésticas en cuanto a que no se puede distraer ni pasarse la jornada laboral hablando por teléfono con sus amistades, es lo primero que hace y es que últimamente el servicio está muy mal, porque les das la mano con toda confianza y acaban aprovechándose de ti de una manera sorprendente. Menos mal que la chica se da cuenta de que ha hecho mal y se muestra totalmente arrepentida. Pero claro, el jefe de la casa se da cuenta de lo buena que está y en la posición que se encuentra y pensándolo un poco y hablando con ella, entiende y le hace entender que si quiere seguir trabajando para él, ella debe estar dispuesta a compensarle de alguna forma, cosa que al principio se queda dubitativa porque no entiende muy bien a lo que se refiere y le cuesta un poco. Pronto entenderá que para trabajar y hacerlo bien, hay que tragar mucho de los jefes y en este caso casi se puede decir que es literal.